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tado Dios y nunca le faltó en lo restante de su vida, como tampoco le faltará a nadie que tenga la misma fe y la misma confianza que Leonor. GITANOS Los gitanos, los de la raza "calé", como se les llama con cierto desprecio, son la clase más pobre, más humilde, más sufrida y más abandonada de la sociedad. Claro que este abandono, en parte ha sido debido a la gran dificultad que ellos ponen para su integración en la sociedad. Tienen sus ritos, sus costumbres, su idiosincrasia y hasta cierto orgullo de raza que les impide casarse con los extraños, con los "payos", como ellos dicen, que lo somos todos los demás. Leonor dedicó muchas horas y muchos desvelos al apos– tolado de los gitanos. Don Bernardo Gil, Secretario de la H. O. A. C. en aquel entonces, nos va a contar sus experiencias en este campo. "Más de una vez la he visto, cuando salía a dar un paseo por los alrededores de Oviedo con mi familia, adoctrinar con aquella amable sonrisa que la caracterizaba, a tribus de gitanos que yacían en esos campamentos que ellos organizan. Llevaba chucherías para sus churumbeles; ropas, tabaco, etc., para los jefes de las tribus, donativo que acompañaba siempre de un buen consejo y explicación de algún punto esencial para ellos de la doctrina cristiana, terminando siem– pre con la bondadosa invitación a cambiar de vida. 97
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