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cien mil o más, porque alguno de ellos hay que han bautizado cerca de trescientos mil, otros hay de doscien tos mil y a ciento cin– cuenta mil, y algunos que muchos menos; de manera que con los que bautizaron los difun– tos y los que se volvieron a España, serán hasta hoy d(a bautizados cerca de cinco mi– llones.» EL IMPULSO DE LA GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO Y EL EJEMPLO DE LOS MISIONEROS FRANCISCANOS Las interpretaciones de estas cifras por– tentosas de bautizados han sido manipula– das por algunos escritores que pretenden encontrar el justificante donde no existe. Para unos, los indios se bautizaron por miedo a los españoles; para otros fue pro– ducto de la conquista militar y los indios se hicieron cristianos a la fuerza. Pero una sola es la verdad : el auténtico determinante de la conversión de los indios fue el impulso y la gracia del Espíritu Santo y el ejemplo vivo que vieron en las personas de los misione– ros . La actuación de los religiosos estaba ba– sada en testimonio de su vida y su conducta, más que en palabras, sermones y consejos. Y esta manera de hablar y predicar, sí que la entendían los indios . Esto, escribe Men– dieta, era lo que más estimulaba a los indios. Veían en los misioneros una gran austeridad en sus cuerpos, andar descalzos, con hábitos pobres, y tan mortificados en la comida que muchas veces se contentaban «con tortas de maíz y capulines o cerezas de la tierra y fruta que en Castilla llaman higos de Indias ». «Veían en ellos inviolable honestidad, no sólo en la obra, sino en la vista y palabra.» «Y sobre todo mostraban grandísima man– sedumbre y benignidad a los indios. Y con esto y otras cosas semejantes se edificaban y quedaban tan satisfechos de la vida y doc– trina de los frailes que no dudaban de po– nerse totalmente en sus manos.» Cuando en una ocasión, Don Sebastián Ramírez de Fuenleal, presidente de la se– gunda Audiencia, quiso sustituir en una loca– lidad a los franciscanos por otros religiosos, como los indios se opusieran a ello , él les preguntó por las razones y los motivos de esa oposición. Y los indios le contestaron : «Porque los padres de San Francisco andan pobres y descalzos como nosotros , comen de lo que nosotros, asiéntanse en el suelo como nosotros, conversan con humildad en– tre nosotros, ámannos como a hijos, razón es que les amemos y busquemos como a padres.» «SI NO TENEIS SACERDOTES QUE NOS DAR, DADNOS UN HÁBITO DE SAN FRANCISCO» La devoción y aprecio que los indios te– nían por los misioneros franciscanos llegó a casos inverosímiles y a reacciones inimagi– nables. Cuando, por escas ez de personal, no podían atender las solicitudes que les llega– ban de distintas partes, los mismos indios, con una sencillez y fe que no hay palabras humanas para calificarla, reaccionaban de la siguiente manera: «Padre, si no tenéis sacerdotes que nos dar para que residan en nuestro pueblo , y nos administren la doctrina y los sacramen– tos, no os dé pena por eso, que nosotros agradeceremos la merced de Dios. Dadnos siquiera un hábito de San Francisco, y los domingos y fies tas ponerlo hemos levantado en un palo, que nosotros confiamos que le dará Dios lengua para que nos predique, y con él estaremos consolados.» MEDIOS AUDIO-VISUALES PARA LA EVANGELIZACIÓN Como sistema práctico de catequesis en su plan evangelizador, no solamente em– plearon el lenguje oral y la palabra escrita, sino que también se valieron de la pintura y de las imágenes esculpidas. Para entonces con medios y recursos rudimentarios, era lo que hoy en terminología actual, llamaríamos 65
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