BCCCAP00000000000000000000804

pe de timón, que no sabemos cómo ha sido ni quién lo ha dado, pero ha cambiado el rumbo de la historia. Decía del místico de las Noches Oscuras: «Bueno es en plena noche peni,ar en la luz.» Creo que bueno nos es pensar en las horas bajas, amargas, des– esperadas, fracasadas, en todo el mensaje de esperanza, de ilusión que nos trae la carta de hoy. Si El nos eligió con inmenso amor para realizarnos en el tiempo y en la eternidad, para ser santos e irreprochables. Si nos predestinó para ser sus hijos, y con toda verdad le llama– mos Padre Nuestro ... Si por unos caminos inefables y providentes nos ha infundido la fe ... , cómo nos va a fallar ahora cuando más lo necesitamos. Lo que más necesita el hombre es esperanza. Pero saber co– menzar sabiendo que la esperanza es el motor de su propia realiza– ción en el mundo. Porque Dios le ha dado todos los elementos para realizarse en el mundo, frente a un horizonte infinito. Nunca se puede decir basta, porque nunca se llega al final. Pues esta vida conecta con la otra. Podríamos decir que no existe nada más que una vida, con una puerta como frontera. Esa puerta de la muerte la po– demos pintar con el color que queramos, pero atrás nos espera lo que San Pablo nos recuerda hoy: « la esperanza a la que os llama y la riqueza de gloria que da en herencia a sus santos». Ya el buen rey castellano, Alfonso X el Sabio, escribió en eso que hemos dado en llamar -no sé por qué- la oscura Edad Media, lo siguiente: « Y, por tanto, todo cristiano debe tener buena esperanza en Dios, pues así como la fe estaría muerta sin buenas obras, según dijeron los santos, también no le cumpliría la fe al hombre ni le tendría ventaja si buena esperanza no tuviese, porque ella es esfuerzo de la fe y la guía para llegar a lo que codicia.» 25

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz