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Maternidad divina de la Virgen AÑO NUEVO «Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar (Gal. 4,4). Ante este nuevo año que se abre delante de nuestros ojos po– dríamos lanzarnos a muchas consideraciones. Sin duda ya están en el aire los eslogans que nos preparan los promotores de las distin– tas ideas. Pero hay algo que está siempre en primer plano, y es la idea que en frase concisa nos lanza hoy San Pablo: «Nacido de una mujer.» ¡Como si eso fuese una cosa rara! Pero el decirlo así, simple– mente, es que quiere mostrarnos toda la profundidad que encierra esa frase al parecer tan simple, tan ordinaria y cotidiana. Quiere decir que Dios -¡Dios!- se «encarnó» entre los hom– bres con todas las consecuencias. Y que eligió justamente a una mujer. Y en aquella mujer -bendita entre todas las mujeres- han quedado bendecidas todas ... Pienso que en el día de la Maternidad Divina de la Virgen será bueno hablar de la maternidad de toda mujer. Pues como rimó Mar– tínez Sierra: «Ya que toda mujer, porque Dios lo ha querido, lleva dentro del pecho, un hijo dormido.» Todas. Pues también las que nunca han tenido ese hijo de carne y hueso de sus huesos, también sienten el sagrado impulso de la maternidad. Incluso las que han hecho un sagrado voto de virginidad.· 22

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