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Santiago: Patrono de España «Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimien– to, para gloria de Dios» (2 Cor. 4,15). GLORIA CON LA CRUZ AL FONDO Hoy es un día grande para los españoles. Hoy es el día de San– tiago. Patrón de España. Su gloria resplandece en la tierra y en el cielo. En el cielo, un camino constelado de estrellas. En la tierra, un pórtico glorioso de arte y devoción que los españoles le hemos le– vantado allá en el campo de la estrella. El lugar donde una estrella del cielo se posó para mostrarnos -según la leyenda- el lugar del sepulcro del apóstol. Leyendas aparte, lo cierto es que el oficio de apóstol es un mal oficio. San Pablo, que de esto sabía mucho, lo describe en unos párrafos ardientes. El apóstol tiene que comenzar por ser el último. No importarle el desprecio de todos con tal de poder llegar a todos y sembrar en sus almas, a través de ese canal vibrante del oído, la semilla del Evangelio. El apóstol ha de predicar oportuna e inoportunamente. A los que le aceptan y a los que le rechazan. A la violencia ha de responder con la dulzura. A los golpes con la sonrisa, a los desprecios con el amor. Le oí decir a una excelente persona y excelentísimo señor lo que le había dicho el Papa: «Hay que responder a los que te dan pun– tapiés por debajo de la mesa tendiéndoles la mano.» Un modo gráfico de resumir todo lo que San Pablo nos dice hoy en su carta. Una lección que debemos de aprender nosotros, los que hoy queremos ser apóstoles, sacerdotes o no. 144

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