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cosas. Pero no puede ser ese afán de querer todas las cosas que nuestra sociedad desbordada por una avalancha de consumismo nos anuncia. Debemos fijarnos un tope que nos haga confortable la vida terrena, sin olvidar la eterna. Trabajar con tranquilidad, para nosotros igual que para los contemporáneos de San Pablo, significa confiar en que el mundo -a pesar de tanto agorero de calamidades- no se va a acabar así como así. Que seguirán viviendo los hijos y los nietos. Que trabaja– mos también para ellos y para que ellos se encuentren un mundo mejor. Significa eso que modernamente se llama construir el mundo. Una idea eminentemente cristiana, pues el cielo -al que todos as– piramos- comienza a hacerse aquí. De momento tenemos esta vida. Con esta vida, con estos talentos, con estas energías, con estas posibilidades que se nos han dado, vamos haciendo un mundo mejor y nos vamos haciendo mejores para no ser indignos de ese otro mundo que con nuestro buen vivir nos construimos en un más allá cierto, eterno y seguro. Estamos plenamente de acuerdo con la frase paulina: «El que no trabaje que no coma.» Así debiera ser. Pero ... también tenemos que testimoniar en nuestro mundo lo que él vio en el suyo: «Porque me he enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada.» También ahora. Muchos comen, suelen ser los que mejor comen, y viven sin dar golpe. Su afán es pasarlo cada día mejor. Su Dios es el vientre y todo lo que rodea el vientre. Son auténticos parásitos de la humanidad. No les importaría nada que el mundo se hundiese con tal de quedar ellos a flote. No les importa para nada el grito de los deprimidos y los oprimidos. Para éstos habrá un castigo cierto. Ya comienza aquí, pues para mí no hay peor castigo que un ser inútil. Vivir de una herencia o de una picaresca. Pues también muchos que no tienen dos perras vi– ven constantemente de la picaresca, de la estafa, del asalto. De todo hay en la viña del Señor. En la que todos debiéramos trabajar, su– dar y ganar para bien vivir y para vivir bien eternamente. 133