BCCCAP00000000000000000000804

Segundo domingo «Y ésta es mi oración: que vuestra comuni– dad de amor siga creciendo más y más en pene– tración y en sensibilidad para apreciar los valores» (Fil. 1, 9-10). APRECIAR LOS VALORES Ser optimista en la vida es una cualidad de ciertos temperamen– tos. Ser optimista en la vida debe ser una cualidad esencial del cristiano. El cristiano no debe pasar por este mundo con unas gafas oscu– ras delante de los ojos y con una calamitosa voz profetizando desgra– cias. Aunque en algunas ascesis eso haya podido ser cristiano, a mi juicio, no hay nada más contrario al cristianismo. Porque el cristiano es un ser que se sabe redimido. Lleva el ape– llido de aquel que le redimió en una cruz, y que amó tanto al mundo que se hizo mundano, terreno, carnal. .. , y no debemos entender estas palabras en sentido peyorativo. Y todo eso significa apreciar todo lo bueno que es este mundo creado por Dios y donde El nos ha mandado vivir. Pienso que tenemos mucho que aprender de aquellos primitivos cristianos a los que San Pablo escribía sus cartas. Aunque el cris– tianismo estaba naciente, y quizá por eso sabían apreciar hondamen– te todos los valores existentes en el mundo en el cual vivían. Pongamos un ejemplo que está al alcance de todas las familias: el matrimonio. Este no fue una institución de k>s cristianos, aunque a nosotros, que tenemos tan metido eso de «casarse por la Iglesia», nos lo pueda parecer. Fue una institución que se encontraron. Que adoptaron. Según el contexto donde les tocó vivir. Bien el judío o el 10

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz