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-64- vida religiosa pide una renuncia total y absoluta del mundo y que· por tanto el .religioso no debe preocuparse ni de sus propios fami-– liares. En esto, como en todas las cosas, hay que huir de los extremos.– El religioso no debe estar pendiente de los asuntos y .prosperi– dad materiales de los padres. Al ingresar en el convento quiso .romper todo lazo que dificulta~· se la libertad de acción en el servicio de Dios y le pudiera distrae.r en sus esfuerzos por adquirir la santidad. Y la preocupación por las. cosas materiales constituiría una gran rémora para estas exigen– cias del espíritu. Pero una cosa es afirmar que la religiosa no debe inquietarse por lo~ intereses materiales de sus padres y otra muy 1istir.ta decir que no debe aquélla preocuparse para nada de la familia. Aunque haya abandonado el mundo y por tanto sus familiaresr. la relígíosa continua siendo •tan hija y hermana a·e los mismos como antes. Esto quiere decir que en las cosas que no entorpezcan su vida religiosa y su entrega total a Dios, está obligada a mirar por ellos y ayudarles, sobre todo espiritualmente, todo lo que· pueda y con pre– foren.cia a cualquier otra persona. La religiosa rompe voluntariamente los lazos materíale.s que la unían a la familia, pero no los espirituales, en este segundo aspecto sigue unida a su familia como antes y 1for tanto debe pedir por ellosr por su bienestar espiritual y aun material, si les conviene y ayudar– les a que sean buenos.con sabios y prudentes consejos. Con estas salvedades admitimos sin reserva la fráse atribuida a Santa Teresita de que «no entendía la santidad del que no amaba a sus padres». Sor Beatriz poseyó desde el principio ideas claras. sobre la san;. tidad, por eso no consideró nunca contra el espíritu religioso mirar por los intereses espirituales de sus padres y hermanos. Las cartas desde que ingresó en el convento muestran una solicitud delicadísi~· ma por sus familiares. Es verdaderamente lamentable que no hayamos podido reunir: todas las que escribió en los doce años que estuvo en el convento. Nos darían una visión magnífica de los sentimientos tiernos que guardaba hacia sus padres y hermanos y de los sabios consejos con que procuraba su bien espiritual. ·

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