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-48- mente la intensificación de una vida de piedad nada común que ya llevaba en el pueblo sobre todo desde que fué .un poquito mayorcita. Era pues muy natural que una vez en el claustro y quitados los obstáculos que en el pueblo la impedían darse de lleno a Dios su vida espiritual se intensificase cada vez más. En sus prácticas reli– giosas, en las mortificaciones, no entraba para nada el que la vieran,. lo hacía porque se lo exigía su espíritu profundamente religioso,. por imperativo de su generosidad con Dios. El castillo inferiior•.• El grado de vida interior es por naturaleza algo muy íntimo y dificil de captar, excepto por la persona que lo vive. Sin embargo es también difícil que una rtligiosa ame mucho a Dios y no difunda en torno suyo, en conversaciones, consejos, modo de obrar... algo de ese fuego amoroso que alimenta en el corazón. No pretendemos por tanto aquí dar una idea completa de la vida espiritual en Sor Beatriz. Aún tropezamos con dificultades para dar una idea nada más que suficiente. Podríamos conseguir esto último si hubiéramos podido hablar con su director espiritual R. P. Blas.Al– mendro, religioso franciscano, pero desgraciadamente cuando se nos ocurrió redactar estas notas había ya fallecido. A pesar de estas dificultades y con los pocos datos que se con– servan podemos reconstruir de algún modo su vida espiritual lo su– ficiente para constatar que fué admirable. Poseemos en primer lugar el testimonio del P. B\as dado a dos de las religiosas supervivientes: «En cierta ocasión-habla Sor María del Rosario-al pasar a confesar le dije yo al Padre algo referente a lo buena y cómo obraba Sor Beatriz a lo que contestó el Padre «que era muy buena». Otro testimonio del P. Blas, lo debemos a Sor Co– razón; «cuando volvió este Padre por aquí, terminada la guerra de liberación le oí hablar con grandes elogios de ella y alababa sus her– mosos procederes y santa conducta». Además de estos testimonios generales pero muy valiosos de su director espiritual que fué quien mejor conoció el alma de Sor Bea– triz, tenemos los informes más detallados de las religiosas que con– vivieron con ella y que son fruto de su observación personal.

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