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--24- La fuente Narcisa poseyó desde pequeñita algunas virtudes en grado más que ordinario. Lo acabamos de ver. Es evidente que tales virtudes. no se pueden adquirir ni conservar sin una vida de piedad intensa. Este hecho hace innecesaria toda ulterior demostración de la piedad en nuestra hermana..Sin embargo para mayor abundamiento damos. a continuc1ción algunos testimonios que confirman nuestras suposi– ciones. No son todo lo completos que desearíamos, sobre todo por– que la piedad fuera de los casos excepcionales en que est.á mezclada con lo maravilloso es un fenómeno en que predomina lo interno y por tanto quien más podía informarnos en esta mate.ria sería su con– fesor. Por desgracia, éste murió ya antes de partir Narcísa para el convento. Solamente poseemos el testimonio de D. Manuel Zapico sucesor de D. Cayetano en la parroquia de 1'-lava y que trató a nuestra her– mana los últimos años de su estancia en el pueblo, El. testimonio de D. Manuel es conciso pero elocuente: «hacía una vida de piedad intensa sin descuidar los deberes familiares» con otras palabras quiere decir que el único tqpe a la intensidad de su piedad eran los deberes ineludibles a su estado. Otro testimonio valioso es el de Jesusa Ferreras. «Rezar e ir de día a la ig1esia muchas veces»; se trata como es obvio de visitas a la Igl<i'.sia fuera de la Misa y el Rosario que ordinariamente hacen todos los del pueblo. Narcisa, pues, como afirma su amiga y confidente Jesusa no se contentaba con los actos ordinarios de piedad que tenía e.l pueblo. Sada];>a su anhelo de unión con Dios por medio de visitas privadas a la Iglesia. Y allí a s'olas con su buen Jesús le expresaba el amor que encerraba en su pequeño corazón. Pero el testimonio más valioso-en mi opinión -de la piedad de nuestra hermana lo constituye sus mismas palabras, dichas a su madre con ocasión de la profesión simple. Entonces y en un momen– to en que la conversación de madre e hija se hizo más íntima dijo ésta a su madre que «había ofrecido a Dios todos los sacrificios so– portados para asistir a la Santa Misa y al. Santo Rosario en el pue-