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-22- éa de gracia la sujección a los demás, los .santos no se veían libres: de estas repugnancias. La obediencia de Narcisa en los .años que aquí se la cons\dera, -de los doce a los dieciséís-es francamente admirable vista en todos sus pormenores. En primer lugar hay que tener presente lo que suelen ser las: niñas de su edad. La transformación rápida de las niñas hasta en-· tonces, en pequeñas adolescentes trae siempre consigo un conjunto de crisis y desequilibrios nerviosos muy poco aptos para llevar una vida de entera sujección. La niña es siempre por naturaleza de índole· antojadiza pero en estos años influenciada por la transformación fisíológica que está sufriendo lo es mucho más. Muestran descontento por todo, se irri– tan por el más leve motivo, considera toda imposición del exterior· como Jnsufrible tiranía y parece que su cuerp0,y espíritu las empu– jan con violencia a una libertad y autonomía sin barreras. Narcisa no estaba hecha de manera distinta. Como las otras niñas tuvo necesariamente que sentir estos fenómenos de la puber– tad, estas repugnancias de su alma y cuerpo en desarrollo. Y como todas las niñas vió que en esos años la costaba más la obediencia. No obstante cuant()s la conocieron y trataron; unánimemente afir– man que jamás expresó disgusto, .oposidón y menos rebeldía a las órdenes de sus padres. Dicen éstos que: «Nunca manifestaba tristeza ni disgusto por exceso de trabajo». Esta ecuanimidad la conservó Narcisa aún en los casos en que sus padres la llamaban la atención porque su trabajo a pesar de po– ner en él su mayor interés y cuidado no , era todo lo suficientemente perfecto. Jesusa Ferreras dice también «que nunca la oyó responder de malas formas no obstante que no se acobardaba por nada». Esta conducta habla muy alto de nuestra hermana. Muestra. su educación de la voluntad, el dominio que había logrado desde peque– ñita sobre sí misma, sobre sus propias inclinaciones y caprichos. Y este factor contribuyó en gran parte a crear entre los del pueblo aquella admiración por su modo de. obrar propia de persona mayor~ «En su obrar-nos decía uno-parecía una casada de cuarenta años». Las circunstancias especiales en que le tocó vivir avaloran· más, aún su obediencia. Narcisa fué la mayor entre sus hermanos. En

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