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-19- de afloraba su alma grande con un sentimiento cálido de simpatía para todos, otras era el bello y caritativo encubrimiento de sus penas para evitar que los detnás sufrieran por su culpa. Entre flores Dice un autor de nuestros días que «el amor a las flores es sig– no inequívoco de un alma delicada y que quien ama a las flores no puede ser malo». Sin entrar en el examen de esta opinión afirmamos, que en Narcisa se dió esta perfecta. y 'hermosa correspondencia. Su diligencia y cuidado por las flores naturales .y su celo por el cultivo de las flores del alma, las virtudes, eran esmeradísimos en ella. Difícil sería determinar cual de los dos cultivos tenía la prefe– rencia. En ambos trabajaba como solo ella sabía hacerlo, con la má– xima perfección, delicadeza y gracia. Y en ambos ejercicios le movía una misma ilusión, presentar en Mayo con ]as demás niñas junta– mente, con un jarrón de hermosas' flores naturales, un manojo de flores espirituales fruto del ejercicio constante y meritorio de las vir– tudes. Mientras estuvo en casa, Narcisa cultivó un pequeño jardincito en un ángulo del patio de casa.' Mucho tiempo después de' su pal'tida para el convento aún subsistía una mata de campanillas azules y otra de claveles rojos pregoneros del cariño que sentía por las flore:::. De religiosa no perdió este gusto poético. En una de mis visitas al convento pude ver a través .de las ventanas de la capilla un cua~ drito en el jardín donde desplegó sus predilecciones por las flores. ' Recuerdo a este propósito una anécdota que me contaron las reli~ giosas y que muestra con un realismo encantador hasta donde tenía nuestra hermana dominadas sus inclinaciones. Uno de los días en que más entretenida ,estaba cultivando· su Jardín y prodigando mimosos cuidados a un lilo que había plantado en medio de su cuadro, pasó por allí la M. Maestra. Al ver lo absor– ta que Sor Beatriz estaba at~ndiendo a su lílo, la dijo delicadamente pero con un poco de retintín: «Hermana Beatriz, tiene el corazón muy pegado a. ese lilo». Sor Beatriz reaccionó al punto, vió cuánta

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