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-12 - Externamente nada tuvo de particular esta ceremonia. Todo su– cedió como solía suceder otras veces: Mucho ruido de gente menuda esperando el fin del bautizo para córrer los confites, Un grupo de muchachas atraídas por la curiosida.d... Pero allá dentro, en las regiones sobrenaturales del alma e im– perceptibles a nuestra mirada curiosa no hay duda que ocurrieron cosas admirables. Dios ,al estrechar entre sus brazos paternales aquella alma que surgía purísima de las aguas bautismales debió sentir también un gozo inusitado, un gozo distinto del que experi– menta en semejantes ocasiones. Por su sabiduría infinita conocía perfectamente el futuro de la niña que en esos momentos se sumaba al reino de los justos; sabía que le sería síempr:e fiel, que nunca mancharía con faltas graves la blanquísima túnica de la gracia recibida en aquellos momentos, y que su vida, sería un crecimiento incesante en las virtudes y en la santidad. Y que, por últim.o, terminaría su peregrinación en este mun– do ofreciéndose generosamente como hostia de sacrificio y expía":' ción por el diluvio de ingratitudes que más tarde inferirían los espa– ñoles a su corazón paternal. En el Bautismo recibió el nombre de Narcisa. Con este nombre la designaremos en adelante hasta su ingreso en el convento. En el pueblo siempre se la llamó y sr::: la sigue llamando Narcisa. Puede atribuirse esta conducta a que no se habitúan al nombre impuesto por la religión. Pero yo creo que obedece más bien a un egoísmo inconsciente y perdonable. El nombre liga la persona en la mente de cuantos le conocieron a una serie de recuerdos. Una persona cuan– do se la cambia de nombre l?arece que se la .desvincula de toda su vida anterior. Y por eso los del pueblo prefieren dar a nuestra her– mana el nombre de Narcisa porque así la conservan más suya, más , unida a ellos por los lazos del recuerdo. Si fuePa . n11 hija ... Hasta los cinco años la vida de Narcisa nada tuvo de particular que no se pueda observar en las demás niñas. Juntamente con el des– arrollo corporal aprende a desatar su lengua y a recitar las primeras

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