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-10- también mártires y a la pléy¡¡¡de innumerable de religiosos que se llevó tras sí la revolución española, esta religiosa impidió que Dios descargase sobre España el peso de su indignación dejándola al ar– bitrio de aquel1os desgraciados que pretendían la destrucción y ani– quilamiento de. todo lo que significase orden, paz y fraternal convi– vencia. Y Dios aceptó el sublime ofrecimiento que aquella joven i:elígio– sa le hacía todos los días desgranado en las notas de una canción. .. Fué selecdonada como víctima de expiación¡ su corazón y cuer- po virginales serían pararrayos de la venganza divina. El calvario fué largo y penoso. Flor.ecieron copiosamente en él los sufrimientos físicos y morales. Y un día, ocho de Noviembre de mil novecientos treinta y seis, en uno de aquellos amaneceres fatí– dicos del Madrid rojo, el. cuerpo de la monjita de rostro lleno y ojos profundos e inteligentes caía pesadamente en el suelo .de España, como cae la azucena.tronchada de su tallo. Y al caer, por los aguje– ros que abrieron las balas en su cuerpo virginal brotaron ríos de sangre inmaculada, sangre de redendón, de expiación y de martirio. Esta religiosa mártir por la causa de Dios y de España, con otras nueve hermanas suyas fué Sor María Beatriz de Santa Teresa nuestra queridísima hermana. En las páginas que siguen queremos dibujar a grandes rasgos su personalidad espiritual. Perseguimos con ello do}?le intento. Para los que la conocieron, serán estas páginas lectura agradable que refrescarán gratísimos y ya casi muertos recuerdos. Para los que no tuvieron esa suerte, la biografía de Sor María Beatriz pondrá ante ellos un modelo sublime a quien imitar y les demostrará bellamente que se puede ser santo de talla pasando desapercibidb a los ojos de los hombres con la sim– ple sobrenaturalización de nuestro deber cotidiano.

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