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- 79 de ·Dios que vive en la largura, extensión y profun– didad de su existencia. La alegría la imaginamos rebosante, indeficiJente. Cuando hay de todo, dinero, salud, amor, prestigio, rango y gloria, nos echamos a reir y a gozar porque pensamos _tenerlo todo. El único que r,ebosa y es in· defíciente es Dios. Quien a Dios tiene todo lo tiene y nada le falta. Porque es Riqueza que no se apoli– lla y Negocio que no fracasa. Moneda limpia y sin inflación de ninguna especie. Banco que no quiebra. S~ltJ.d a quien nadie ni nunca daña, ni la misma muer– te. Dios no duele sino a aquel que se empeña en ocultarlo o sustituirlo por un becerro de oro o una copa de licor o una mujer de la calle. Y Dios es Amor, sin engaños, sin hastíos, sin cansancios. Amor que comprende y se 1 entrega. Amor de los amores. Ro– ciada .de cariño, manos blancas y ojos de paz. Todo. Y Dios tiene rango y clase única. Prestigio de direc-– tor que maneja el mundo como nadie lo ha hecho ni hará. Batuta de maestro de orquestas y director de este cine maravilloso, de este teatro del mundo. Cla– se, rumbo y prestigio de Dios. Y basta. ¿Se puede tener más? Por eso quien a Dios tiene «nada le fal– ta, sólo Dios basta». Por eso quien ha llegado a la .santidad, á Dios, ha llegado a la alegría. ' : Juan sintió la presencia de María y con ella .fa del' Hijo de Dios. Por eso dio saltos de alegría, porque había llegado a él la purificación y la santidad. .• Mttdre I de• la divina gracia. ')~' .fácil, imaginarse la sonrisa de María al reci– :bir: el 'parabién• y la enhorabuena de su prima. Toda Jar:g;racia,,,en.,sus,)abios y en sµs ojos. Gracia rebo– s$in,te:,y,, candor, sublime. María •Siempre es igual. Todo

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