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174 - ¿Por qué aquellas palabras del ángel? Ella no ha· bía dudado. María las pensó relacionadas estrecha– .mente al caso maravilloso de su maternidad divina. Por algo se las dijo el ángel cuando ella ni siquiera le apuntara lá duda, ni le pidiera una prueba ni un detalle para su experiencia de mujer que teme y ansía. Había ciertamente una relación entre las madres y los hijos que vendrían a la luz del mundo. Esa fue la conclusión de María y María se alegró. La caridad me da prisas. María lo consultaría con el Hijo de Dios que lle• vaba ,en sus entrañas. Lo estaba viviendo. No acerta– mos a imaginar las primeras conversaciones con el Dios que empezaba a vivir con su sangre y a quien alimentaba ya con el río de su vida, junto a su en• traña. Pero María comenzó a vivir unos días 1extraor• dinarios de intimidad con Dios. Y desde el primer instante de su maternidad comenzó su transformación gigantesca y sublime en ,el misterio de Dios. Porque es un misterio el misterio de Dios en sus entrañas y en el mundo de los hombres. Y Dios 1es caridad. Por ,eso la primera voz que escuchó María de su Hijo, voz en respuesta a las suyas muy calladas, fue voz dci caridad, de cariño. Latido de amor, latido de Dios que la colmó de su caridad. Charitas Christi urget me, la caridad de Cristo, de mi Hijo, me urge, me da prisas para que vaya a llevar a la que Dios me ha unido, 1 en relación de ma– ternidad y en conjunción de hijos, el consuelo de mi. visita y de mis cariños. Pocas cosas hay tan absurdas, en relación con la .gracia de Dios, como el ocultar los dones y talentos

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