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42- la oración. Todas las cosas, las materiales y las espi– rituales, las naturales y sobrenaturales. Es decir, re– ferir a Dios el trabajo de brazos y manos y el trabajo espiritual de la profesión o carrera, la diversión y el paseo y la fatiga, el deporte y el gozo estético, todo ello rociado, como lo hacía María en el Templo, con el perfume de la oración y la entrega a Dios. Enton– ces es cuando el quehacer de la vida se hace unidad y entra de lleno la vida en la santidad. Entonces es 'Cuando se hace en la vida una realidad el sueño de Dios que no es otro sino la santidad personal.