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¿ Y en la juventud? En la juventud que nazca como ,una Virgen. Años, floridos en vísperas de hacerse fruto sazonado. Difí– cil coyuntura. Crisis soberana. Yo os diría que no te– mái:3. La vida es formidable, la juventud, también~ gloriosa. Hace falta ,el ideal de una vida sublime. Yo, os entrego a María. Que sean radiantes vuestras vidas y lozanas y so– noras y alegres. Pero que la siempre-viva de vuestra integridad no se malogre a la hora de dar el fruto, esperado. Junto al árbol. de vuestra vida, cerca de vuestras', flores, hay el gusano de un instinto y el engaño de una sugestión. Yo os entrego la solución de una Vir– gen que luce sobre vosotros como el astro blanco de· un ideal. Si en vuestra vida nace la Virgen, como eso, como, una Virgen, yo os aseguro la paz y la felicidad. Lo que no habéis soñado, mejor, lo que habéis soñado y no habéis comprendido o no habéis gustado. Dulce Madre. Es verdad. Dulce madre que haría del hogar el encanto. Tan sólo su presencia en el hogar haría de los hijos las joyas más preciadas. Sólo falta el esme, ro para dejarla caer en tu corazón como una madre dulce. Eso, una madre dulce. Yo no sé por qué no ha de nacer hoy y siempre, la Virgen en tu cora· zón como esa madre que soñaste cuando tuviste la ilusión de arropar a un niño en tu regazo. ¿Te acuer· das? Hoy quizás el hogar te es antipático, los hijos te hacen sufrir, te supone demasiado sacrificio... Yo, no sé qué más, pero te cuesta el haber llegado a la