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- 239'. digo y ahora vuelve a la casa del Padre? Es triste que :muchas veces no queramos reconocer el artepen• timiento de un hombre que fue malo o de una mujer que anduvo perdida. ¿Cómo hemos interpretado el cristianismo? ¿Cómo lo vivimos? Y sin embargo confesamos su letra :mien– tras olvidamos su .espíritu y su mística. Comprendo que no hago más que un rápido apun– te, pero creo que suficiente para ver cuán lejos es– tamos de haber comprendido el espíritu del Evangelio. Y no quiero detenerme en otros puntos porque me haría prolijo y en estos pensamientos no pretendo. abordar el problema minimizándolo. Pero si fuéramos /a examinar las estructuras so– ciales, nuestras políticas -las de las nadones católi– cas- encontraríamos muchos fallos de catolicismo, de cristianismo. ¿Cómo se entienden las luchas y las in.. trigas? ¿Y las guerras? ¿Y cómo el soborno? ¿Cómo los abusos y los fraudes? ¿Cómo veríamos los gastos presupuestarios dentro de corporaciones e institucio– ne cristianas? Y aquí radica el mal, en la falta de espíritP cristiano bien meditado y mejor vivido. Y no, quiero ..iescender a detalles. Un ejemplo y basta. ¿Cómo hemos respondido los cristianos españoles a la carta colectiva de los metro– politanos sobre el momento social de España? (15-8- 1956). Porque el caso de España es un escándalo ma– nifieste. Podríamos calificar el caso de España como· de estado de pecado social. Y esto porque la mayoría de los trabajadores se encuentran en condiciones im– posibles de cubrir sus necesidades de personas e hijos· de Dios. Pensemos que un hombre tiene más nece- · sidades que las de comer y vestirse. ¿Cómo ha res-· pondido a este grito de alarma de los Metropolitanos,.

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