BCCCAP00000000000000000000801

- 235 velación de la universal paternidad de Dios. Paterni– dad divina que provoca la fe en su Providencia in– finita y mínima. ¿Cómo hemos comprendido los cristianos esta ver– dad imprescindible en el cristianismo? Esta verdad, dogma de fe, debiera provocar ,en nosotros una con– fianza ilimitada en el Padre. ¿Vivimos esta •confianza y esta fe en su 'Frovidencia? ¿Todos, aun los que vestimos una sotana o un hábito religioso y hacemos profesión de vida religiosa? Nuestra postura ante el Padre Dios quizá sea el escándalo más bárbaro en ,este mundo paganizado y materialista. Cristianos que vivimos como si Dios no existiera o por lo menos co– mo si no fuera El quien gobierna al mundo, sus cir– •Cunstancias y sus destinos. Porque si de algo adolece– mos los cristianos -también y más los que no lo son– es de esta excesiva: previsión del porvenir. Y digo •excesiva porque es obsesionante. Y precisamente en esta excesiva previsión del porvenir se encuentra po– ·siblemente la raíz de tanta injusticia y tanto abuso y es la que nos hace caer en este materialismo de la vida. Nos hace caer en la injusticia. Porque si no hémos robado quizá al adquirir las riquezas por lo menos retenemos lo que no es nuestro. Y esto es un robo. No hemos de olvidar que la primera función de la riqueza es la función social. Y mientras, entre hom– bres y más entre cristianos, que miran muy lejos en el tiempo. sin mirar al presente de los hermanos, haya acumuladas riquezas que privan a otros de lo que en justicia les es necesario para BU dignidad de personas e hijos de Dios, estamos cometiendo el robo de rete– ner lo que en justicia social es de los que tienen hambre y miseria. Y esto no salvarnos con la limosna sino cumpliendo la justicia social, a veces la conrnu-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz