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222 - dar sentido a lo que los hombres damos el nombre de fracaso o misterio del corazón. Hasta la muerte tuvo explicación y sentido y el derramamiento de san– gre y la caridad y el perdón. Hasta tuvo la valentía de poner el corazón humano sobre •el corazón del enemigo como un bálsamo o una caricia. Hoy nos resulta magnífico, pero nada más que eso a la mayoría de los hombres. Entonces fue desc-on– certante, incomprensible, absurdo o misterioso. Algo– realmente nuevo e indescifrable. Ante este programa tan desconcertante, tan bra– vo y revolucionario, hubo distintas reacciones en el pueblo judío. Reacciones que nos las expresan larga y detalladamente los Evangelios. En el mundo y -en los corazones humanos hay pos– turas para todos los gustos y para todos los espíritus. Aunque brotados todos del mismo barro y del mismo• aliento divino, hay rumbos en nuestro hombre para toda suerte de pensamientos y caminos en tantas di– recciones cuantas decisiones broten del libre albedrío, nuestro. Y el mundo judío trazó sobre el campo de· su historia caminos abundantes y dispersos. Algo así como el agua atropellada que cae en las tormentas y marca en mil caminos la tierra seca, la gracia de Dios cayó sobre ·el corazón del pueblo judío que reaccionó en tantos caminos cuantas voluntades brotaron en. sus vidas. Jesús fue como una voz que avanzó midiendo los; caminos y profundizando en las conciencias. Bande– ra desplegada al viento y a la vida, programa vivo, vida nueva. María le siguió de cerca y temió. Una bandera es algo sagrado y una voz viva rasga hasta el silencio de las conciencias. María esperó.
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