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-171 torta sobradamente Así se hace la huída en compañía y en compañía agiradable: Jesús y María. Buenos .amigos para tan largo viaje. ,Llegan a Egipfo. Cuatro o cinco días de viaje. Y por fin llegaron a ~gipto. No sabemos detalles. Pero hemos de suponer la entrada silenciosa, desapercibida, casi oculta. Tam– :poco sabemos nada sobre la ciudad o poblado donde fijaron su residencia. Hemos de suponernos que fue una ciudad donde José pudiera desarrollar sus co– nocimientos de artesano para ganar un jornal, susten– to para la familia. Pero. todo esto es lo menos. José y María entraron en tierra extraña y fueron unos iudíos más a quienes la necesidad, el negocio o el trabajo, aquí la persecución, obligó a abandonar su ;patria para asegurar el curso de su existencia. José, cosa natural, natural en todo emigrante, sa– 'iió en busca de un contrato de trabajo. Mientras tan– to habrían vivido de los pocos recursos que pudie. ran tener. Quizá de los obsequios de los Magos. Qui– zá de la mendicidad. No podemos asegurar nada. Pero ciertamente sufrieron las amarguras de una tierra ex– traña y de una incertidumbre nacida en el corazón. La impresión que recibieron en un país pagano tuvo que •estremecer y casi ahogar sus corazones. Re. gión y tierra de idolatría y supersticiones, les tuvo que traer la nostalgia de su tierra y de su Dios. Fuerte encontronazo con una realidad nunca vivida. Ellos nevaban al Redentor, al Mesías, al Dios recién hecho hombre y perseguido. Tesoro oculto, luz de– bajo del celemín, espada envainada, voz a punto de hablar. Sin duda ninguna que María lo alzaría al