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160 - bajado y sufrido, que hace meta en la mística, en la unión con Dios y en su transformación total. Por eso su postura es de rodillas ,en tierra para .adorar las maravillas del amor de Dios convertido. en pobre Niño y tierna carne. Se repite la historia de los pastor,es. Jesús y María son los puntales de la vida espiri– tual. Es imposible desunirlos, como resulta imposible ,separar la madre del hijo. Y no hay otro camino para encontrar a un Dios humanado que el camino de su madre María. Camino de la vida espiritual que no .admite otras andaderas. María es el entronque con Jesús, su preparación, su trono, como lo fue en la cuna y ahora en Belén. Y para el mundo que anda buscando el camino que lleva a Dios -aunque lo ha– ga inconscientemente muchas vseces- no hay otro ,camino más dulce y más seguro que el camino de María. Esto lo experimentaron los pastores y magos. Y en los brazos de María, tierno trono de palpi– tante, entrañable y maternal encanto, rindieron ho– menaje de adoración al rey de los judíos. Al rey es– perado de las gentes, anunciado por los profetas, por los ángeles a los pastores y la estrella de oriente a ,ellos mismos. Le ofrecieron sus presentes. «Y abriendo las arcas en que traían sus tesoros, le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra». Co– mo si dijéramos que habían puesto en sus manos, ·que fueron las de María, toda su humanidad. Oro, riqueza; incienso, vida consagrada a Dios; mirra, amar– :gura doliente. Oro, soberbia de la vida; incienso, ído– lo de la carne; mirra, odio y desamor. Todo como :símbolo de una humanidad paganizada, ahora en ma-

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