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158 - Dios, en la última escalada puede entrar el enemigo, para hacerlas caer en el desaliento y en la desespe– ranza. Los magos salieron camino de Belén. Quizá con el alma triste, quizá envalentonada ante las mismas di– ficultades. A oscuras, pero con la certeza de una fe· proclamada bien alto por el profeta y los sacerdotes. «En Belén de J udá, pues así está escrito.» Y con el al– ma abierta a la fe y a la esperanza, salieron de ca– mino en busca del Niño Dios. Postura gallarda, magnífica. Por ,encima de las di– ficultades, las desilusiones, contra toda esperanza hu– mana y cuesta arriba. Ejemplo incomparable para las. almas que han llegado en su vida a un término en el que todo parece evocar silencio y desilusión. Esperar· contra toda esperanza. «Y la estrella que habían visto en oriente iba de– lante de ellos, hasta que por fin se detuvo encima de] lugar donde estaba el Niño». Dios se oculta pero no desaparece. Dios prueba, exa– mina, pero no abandona hunca. Nos deja dar unos pa– sos solos, para medir nuestro esfuerzo, nuestro coraje, para experimentarnos en las noches de la vida, cuando– ni brillan estrellas ni hay guía, pero está tan cerca de nosotros como el padre del niño pequeño, con la:oJ manos abiertas y tendido el corazón a nuestro alcance. Viene la prueba para que luego sobrevenga el pre– mio. Premio que no es otro sino el íntimo consuelo· de encontrarle más cercano y más nuestro. «Cuando llegaron a divisar la estrella sintieron grandísimo 5 o– ZOl!. Experiencia multiplicada por el número de tan. tas almas cuantas han recorrido el camino de la espiritual conquista de Dios. Aventura sublime. Os– curidad que conduce a la luz indeficiente. Soledad.

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