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CAPITULO XI · AOORACION·-DE LOS MAGOS Entr,e tanto la vida de María con José y el Niño iba transcurriendo en una normalidad y un silencio encantadores. José había encontrado trabajo y del jor– .nal iban viviendo en la tranquilidad y sosiego de Belén. Aquí fijaron su morada. María, en los entr,eactos de las faenas y los cuida– dos del Niño, iba recorriendo en su pensamiento las maravillas que Dios había hecho en la pequeñez de su esclava, en la miseria de los hombres de quienes ya se sentía madre, y en la historia del mundo y de ..la vida. Se recreaba con el Hijo y meditaba los planes .de Dios según los vaticinios antiguos y los recientes del Anciano Simeón. Por lo demás el Evangelista deja entrever que •en la ciudad de Belén todo seguía como si nada impor– tante hubiera sucedido. La rutina de una vida de hogar y de trabajo y el sinsabor de los negocios. Podríamos afirmar que el milagro del nacimiento del Niño Jesús con el cortejo de ángeles y pastores, había pasado del comentario más o meno:=; ligero al