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·.. En la vida todo es cuestión de reflexión, de tirar fos ojos hacia arriba y ensanchar el corazón para re– coger lo divino como una lluvia de cariño. Mientras nos arrastremos por este mundo sin darle otra expli– cación a la vida que la rutina de un sentido mez– quino y concreto y la limitación de nuestro oscuro· razonar de humanos, se nos hará este mundo duro y difícil, casi despótico, irracional muchas veces y siem– pre frío y desalentado. Todo porque le falta el aliento· divino. María y José lo entendieron de distinta manera que nosotros. Ellos se presentaron ante la voz del Padre Dios y se conformaron con su querer. Hágase· en mí según tu palabra, según tu voluntad, según tu• Ley. María no discute, ni siquiera piensa cuando se trata de la voluntad del Padre Dios. Ahora comienza la vida de su Hijo y comienza por cumplir, a los ocho días, una ley, voluntad amorosa de Dios, ley escrita por Yahvé en los Libros santos. Dolorosa para. el Niño y dolorosa para la Madre. No ve en ella otra cosa sino el cumplimiento de un precepto divino que le hace al Niño participar de las pr9mesas divinas y entrar dentro del pueblo de Dios. Y la cumple. · Circuncisión del Niño. Lo había mandado Yahvé a su siervo Abraham. Está escrito en el capítulo dieciséis del Génesis. Dios: promete a su siervo Abraham toda clase de bendicio– nes y una numerosa descendencia, dotada con toda, suerte de posesiones y riquezas. Casa y descendencia de reyes para Israel. Como pacto de alianza y señal, le manda que todo varón sea circuncidado a los och~ días de su nacimiento. Jesús desciende de Abraham, por línea recta de la familia de David, es también:.

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