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tre . ellos el mati-iarcado) exigen del culpable y, en su defecto, de su casta, parcialidad y familia, en caso de homicidio, el pre– cio de la sangre del muer– to, en vacas, caballos, ove– jas, chivos y cobres; pero no de una sola vez, sino en tres plazos: el primero, al arreglar por vez primera el asunto; el segundo, me– dio año después; y el úl– timo, al cumplirse el año del primer pago y aún más tarde. Con esto se da por terminado el incidente y se hacen las paces con gran pompa y solemnidad. A esta ceremonia del tercer pago acuden indios de todas partes, montados en briosos caballos, gala– namente enjaezados, ar– mados de arcos y flechas, luciendo en la cabeza som-– breros de paja adornados de plumas, (penachos) , ataviados con sus más ri- El guajiro José Manuel Paz, alia-s "Fray", el abogado más célebre y eminente de toda la región, ata– viado con la clásica manta cas y vistosas '_'mant as" y de los varones. repiqueteando alegre y acompasadamente la tambora. En 1945 los indios de Cojoro e Ipapure y en 1947 los infü.os de Gua-– .r ero y Maicao celebraron, respectivamente, un tercer pago a toda pompa y solemnidad, con lo que dieron por terminados , los pleitos que tenían pendientes. 2.-El robo del ganado. Es otro. de los motivos de riñas y enemistades entre los indígenas. Los guajiros son muy du- - 93 -

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