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de la abnegación y desinterés con que sus alumnos se entre– gan a esa labor de Patria y de Religión. Es justo reconocer que, en general, se ha seguido siempre una línea invariable de conducta por parte de las autoridades supe'riores de la nación, en la interpretación jurídica de las leyeE: misionales, a pesar de los profundos cambios políticos experimentados por la República desde que en 1924 se co– menzaron a rehacer las Misiones con el establecimiento de la del Caroní; Lo, cual, aparte del merecido aplauso para los ju– ristas oficiales, es motivo de legítimo orgullo para Venezuela y norma de conducta para otras naciones, que, más pobla– das y más adelantadas en otros órdenes, pueden aprender de ella lecciones de indigenismo legal. A quienes interese este aspecto de la vida nacional, reco– mendamos calurosamente la obra "FUERO INDIGENA VE– NEZOLANO", del autorizado indigenista y veterano Misionero Capuchino R. P. Cesáreo de Armellada, que no tardará en rnlir a la luz pública. f) Conclusión. - Resumiendo cuanto llevamos indicado, diremos: 1) .-La Guajira Venezolana posee elementos suficientes para sostener a sus habitantes nativos, sin que haya que pen– sar en emigraciones artificiales ni espontáneas para salvar de la ruina a una raza fuerte, trabajadora y de buenos sen t i– mientos. Para asegurarles la vida, precisa estudiar a fondo sus pro– blemas y coordinar los esfuerzos encaminados a remediarlos, y que esos esfuerzos no sean como "ataques de buena volun– tad", sino, algo positivo, constante y siempre orientado al miE:mo fin. · En orden a lograrlo, podría estudiarse las posibilidades de elevar la región guajira a Territorio Federal. 2) .-Precisa que las autoridades civiles y religiosas, au– nando sus esfuerzos, cohiban con mano fuerte y sin distingos culpables el abuso de quienes se prevalen de la inferioridad -140-

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