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cualidades. Para robar cabras, sobre todo , son finos como gi– tanos. Algunas veces no poca parte del éxito que corona sus hazañas contrabandistas, estriba en las connivencias de las autoridades, a quienes previamente saben ganar para hallar camino expedito . . . A parte de los daños de orden económico, tales activi– dades son escuela práctica de latrocinios en la que chicos y grandes, hombres y mujeres reciben lecciones a diario, oca– sión cont ínua de porte obligatorio, de armas, ya para defender la propia vida, ya para salvar la "presa" en caso de peligro, y semillero de holgazanes, porque se habitúan a esa vida, per– diendo el hábito del trabajo, causas de hambres y miseria en los pobres ranchos, porque ese negocio no es de t odos los días. Y suele suéeder que si su mala estrella permite que cai– gan en manos de las autoridades, las pagan todas juntas, si no tienen padrinos que intercedan. Bien está que se castigue con mano fuerte al contrabando pero mejor fuera hacer re– caer la responsabilidad principal sobre quienes la tienen, es decir, sobre manos ocultas que manejan a estos pobres indios dignos de mejor suerte. c) Por la moral guajira.-Frecuentement e se habla de la costumbre de comprar las indias para el matrimonio entre casta y casta, como de algo inmoral y reprobable. No es nues– tro propósito tratar de eso, toda vez que queda suficiente– mente explicado en ,otra parte de esta obra. Esa compra es un requisito legal de la casta guajira, como lo es el impro– piamente llamado matrimonio civil ent re los civilizados. Podremos distinguir tres clases de matrimonio , al menos originariamente, entre los guajiros: el eclesiástico, en que al indio le es regalada la mujer, según la mentalidad de la raza ; el propiamente guajiro, en que la consorte es comprada, de acuerdo con las costumbres y leyes propias, y el ilegal, en el que la mujer es llevada por el hombre o ésta se va con él. En este caso, el marido paga lo que quiere y como quiere, pero queda con la obligación más estricta de sostener en todo a la compañera. - 132 -