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bién fácil, porque se observa que en la Guajira no ataca tanto ni tan pron t o el gorgojo, como en otras regiones, por ejemplo en Perijá. T,odo se puede cuando hay voluntad sincera, pero cuando no, los granitos de arena .se truecan montes como el Himalaya. Seleccionando el personal, preferentemente maestras na– tivas ó residenciales en la región, aunque tal vez adolecieran algo en su formación elemental, podría muy bien impar tirsé enseñanza religiosa y cívica, siquiera lo elemental, a tantos pobres guajiritos y mest izos que se levantan e-orno salvajes, sin noción alguna de un orden superior de cosas, con el consi– guiente daño para la moral privada y pública. b) Contrabando. - No obstante la asidua vigilancia de las autoridades, el ccntrabando es un modus vivendi de posi– tivas ganancias para los guajiros, aunque no de todos los días, bien sean ellos los protagonistas, o meros puntos de enlace y acémilas humanas que por montes, cardonales o caños se es– curren como ardillas, burlando la vigilancia oficial o la ene– miga de algún fortuíto delator. El objeto preferente de est e contrabando al pormenor son telas, cigarrillos, ron, chinchorros, hamacas, paños de manos y mil chucherías más que ellos saben disimular a la& mil ma– ravillas. El contrabando al por mayor se hace en camiones, al menos hasta la frontera, y allí se pasa a los guajiros que, en maletas, sacos, burros, etc., lo van llevando po-r lugares no frecuentados y a deshoras del día o de la noche, yendo al– gunos a la descubierta y avisándose cualquier indicio por donde descubren algún entorpecimiento a sus propósitos. Es interesante oírles escuchar sus peripecias contrabandistas, ver cómo se ingenian para quitarse el lazo cuando han caído en él, viviendo unidos y ayudándose con grandes sacrificios y guardando las espaldas unos a otrot:,. Todo ello deja ver en el guajiro no un indígena rudo, embrutecido, incapaz, semi– racional, sino listo, ocurrente ,de inventiva y decisión, de sa– crificio, de privaciones nada comunes. Lástima que el aban– dono en que se les ;:;iene, frustre el provecho que se podría .sacar de su agudeza natural y de sus otras muchas buenas - 131 -