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Laudable :pos parece el propósito del Ministerio de Agri– cultura y Cría, 1 comenzado a cumplir en marzo de 1947 Y. 1948, de celebrar anualmente en Paraguaipoa ferias agropecuarias generales de to 1 da la Guajira, con el fin de estimular y premiar el esfuerzo priyado d~ indios y criollos en los trabajos de cría y agricultura. En la de 1948 se repartieron 6.000 bolívares en premios. Lo que no vemos tan provechoso es que semejantes ferias se c.onviertan con frecuencia en ocasión de orgía, con engaño y perjui~io d~ los pobres indio;;;, pues mientras el pre– supuesto de 24.000 bolívares para la feria de ese año no al- 1 canzó a cubrir los gastos de invitados que en gran escala acu- , dieron, aun dysde Caracas, a los infelices indígenas, después de tres días ~e harr:.bre y espera, se les despachó con unas cuantas piñat;:¡,s de caramelos, muy adornadas con papelitos, o algunos pu~ados de maíz. Cna pobre guajira cayó desma– yada de necesidad después de tanto aguantar. Fué tal el derroche, que ni para pagar al Misionero los derechos aran– celarios completos ba,staron los 24.000 bolívares. En atención a la escasa importancia que tiene hoy la agricultura regional par~ la manutención del indio fuera del invierno, hay que convenir en que la ganadería es lo único seguro con qtle cuenta para cubrir sus necesidades más pe– rentorias apatte de frutas del monte. Una pequeña estadís– tica, cuya síntesis ya queda incluída en el capítulo precedente, nos indicará cuánta tiene que ser la estrechez en que viven muchos pobres guajiros viéndose forzados por el hambre a abandonar su 'querida tierra antes que desfallecer en ella, bus– cando trabajo donde sea para poder vivir. Se refieren los datos a cont inuación a solos algunos caseríos pequeños, por no alargar estos apuntes en demasía; En la casilla de habi– tantes el primer número indica los: que son varones, el se– gundo las hembras. - 119 -