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se cultivan y conservan perfectamente los plátanos, cambu– res , topochos, lechosas, yuca, maíz, cocos, etc., y hasta pasto artificial, sin que el verano haya logrado agostarlos, y admira cómo a pesar de la persistente sequía del verano pasado de 1949, no llegó a secarse ninguna mata, ni tan siquiera a mar– chitarse los pastos. Una acción bien planeado e inteligentemente dirigida por ,el Gobierno Nacional u otro organismo· adecuado, podría esta– bilizar allí buen número de familias indígenas y asentar las ba1::es para un poblado fronterizo con Colombia, con la ventaja. de tener buenas comunicaciones: un camino que sale a Gua– rero, de 38 kmts. de largo y traficable para camiones, que em– palma con el que une a Sinamaica con Maicao, pueblo civilí– :zado más próximo de la República de Colombia, y otro ca– mino que pasa por el pie de la Sierra, llamado de Los Manan– tiales (del río Limón) o de la Majayura, y llega a Puerto Rosa, más ar_riba de Carrasquero, útil también para t raficar camio– nes. Este es el que siguen los importadores de ganado de Co– lo_mbia a Maracaibo por ser más corto y estar más sombreado , ventajas notables para esa cla~e de negocios. En esta zona deben ser incluídas ambas márgenes del río Limón, ya -ocupadas por cultivos y potreros artificiales, cuyo cauce es el límite natural y político de la Guajira Venezolana por el Sur. Pero como resulta utópico pensar en ayudas ajenas, la vida económica que los indígenas pueden esperar de su tierra t endrán que esperarla de su propio esfuerzo privado y de la segunda zona antedicha. 2) Zona de tipo semidesértico.-Esta sirve de punto de enlace entre la anterior y la tercera, la de las sabanas y gran– des arenales y cardenales de la Guajira, la cual ahora no nos interesa. Participa, pues, de las características de ambas: fer– tilidad, sequedad e improductividad agrícola, respectivamente. Sin embargo, esta sequedad e improductividad resultan rela– tivas, como luego indicaremos. - 114