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En esa dilatada cordillera crecían numerosos y altos ár– boles, nacían varios ríos y quebradas que formaban grandes lagunas y llovía mucho. Para aquella época habitaban en gran número la Gua– jira los indios arhuacos, principalmente en la sierra de Ja– rara, su propia tierra, donde vivían alegres y felices teniendo todo en abundancia. A causa del bienestar, prosperidad y holgura de que dis– frutaban se olvidaron de la ley de Marigua (Dios) y cayeron en graves faltas, pecando pa¡dres con hijas, hermanos con hermanas, primos con primas; por lo que disgustado Marigua les mandó para castigo a unos indios guahibos venidos del Orinoco, de Guayana, quienes lucharon a brazo ' y mano ar– mada con los débiles y corrompidos arhuacos, los cuales, ven– cidos, huyeron de la Guajira y se refugiaron detrás de las sierras de Perijá, Montes de Oca y Sierra Nevada, las que desde entonces y para igual castigo quedaron separadas de las sierras de la Alta Guajira. NOTA. Quieren probar con esta leyenda que los primi– tivos pobladores de la Guajira fueron los indios arhuacos, quienes, en castigo a sus muchos pecados fueron vencidos y echados de su tierra por los indios guahibos, venidos de la Guayana, quienes se adueñaron de la misma, descendiendo de ellos los actuales pobladores. Intentan además explicar la per– tinaz sequía que as-olá la península. Antes había ríos y llovía mucho porque las sierr~s de Perijá, Montes de Oca y Sierra Nevada de Santa Marta formaban una sola cordillera, por me– dio del cerro de La Teta con las sierras de la Guajira; pero al separarse unas de las otras, se acabó la exhuberante vegeta– ción en estas últimas, decrecieron los árboles que atraían las nubes y falta el agua, la más apremiante necesidad de la re– gión, que con ella tornarían aquellos tiempos facilísimos que rememora la leyenda. * * * 99 -

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