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U na persona ro ro RASE una persona rara - ¿hombre-muj.er?- a quien le parecía que todo estaba manga por hombro, y decidió arreglar el mundo. Como el hombre era soberbio, le quitó su verticalidad y lo inclinó hacia abajo; a la mujer, tan sensual, le cortó los pechos y los cabellos; al pavo real y al gallo, tan presumidos, les cercenó la cresta y la cola; a las aves multicolores las pintó de gris; al león y al tigre, prepotentes, les limó las uñas; al caballo, veloz en el viento, le cortó la crin; a la rosa, destacada entre las flores,. le quitó el. perfume... Así fue rebajando en to– dos los seres aquella cualidad o don que considera– ba exagerada o tentadora. Se asomó Dios al mundo por el balcón de una nube y no conocía la naturaleza creada por El. Tal había sido el desperfecto. -«¿Qué has hecho?», le preguntó al ¿hom– bre-mujer? -« Todo era, Señor, demasiado tentador y exagerado». -No, la belleza no es tentadora, es felicidad». Dios cogió al ¿hombre-mujer? en sus brazos, le abrió la ventana de su corazón y le hizo ver la belleza infinita de su intimidad; después volvió a de– jar las cosas como eran antes y puso al hombre-mu– jer a andar otra vez por el mundo. Nada le parecía ya malo, veía en todo como un reflejo de la divini– dad. El mal estaba en sus propios ojos. Y decidió ser bueno. 82
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