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La picadura del mosquito NA fábula puede tener muchas interpretacio– nes, por ejemplo esta fábula: Un día cual– quiera el protagonista de este cuento se fue a dar un paseo por el campo; después de haber andado un buen rato, se quedó medio adormilado a la sombra de un árbol. Y, he aquí que una culebra venenosa se acerca al que duerme, mientras que un mosquito, dándose cuenta del peligro que corre el hombre, le pica y le despierta. El hombre abre los ojos sobresaltado y se salva; pero en aquel primer momento de dolor por la picadura, mata al mosquito que le había librado del veneno de la serpiente. El escritor italiano Giovanni Papini da a esta fábula un sentido teológico y trascendental por el que ve en el pobre insecto que despierta al hombre, otra vez a la vida, úna humildísima prefiguración del Redentor que nos salva y le matan. Sin querer darle tanto alcance, casi siempre los «redentores», los que nos hacen bien y se preo– cupan de los menesteres que a otros se nos pasan, suelen terminar aplastados u olvidados por aquellos a quienes favorecen. Su gloria es esa: la del bien sencillo que casi nunca se ve, pero está ahí, fecun– dando la vida y evitando que el hombre se envene– ne. 51