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Pero si está «chupado» IERTO párroco, cumplidor y perfeccionista él, corrigió con delicadeza a su vicario que se acababa de incorporar al cargo, un acta im– perfectamente redactada, diciéndole: -«Mira, esto es muy fácil... ». El vicario, que era un gran músico, invitó al párroco que le acompañara, lo sentó ante el órga– no, le puso una partitura delante y le dijo: -«Mira, toca esto, es muy fácil... ». Los dos se echaron a reír. Recuerdo también que cierto padre, que tenía que hacer unas oposiciones, le preguntó a su hijo, economista, la resolución de un problema de mate– máticas. El hijo le contestó: -Pero, papá, si esto está chupado. El padre, con tranquilidad, le replicó: -Dime, hi¡o, ¿por dónde se chupa? Es lo mismo que cuando alguien nos pregunta por una calle; para el que lo sabe todo es muy sen– cillo: -«Atienda usted: va todo recto; tuerce a la derecha; sigue cien pasos¡ después tuerce a la iz– quierda; encontrará un banco; sigue adelante y tuer– ce otra vez a la derecha..., verá tres farolas ... ». Bueno. Todo necesita aprendizaje. Ante cual– quier trabajo, cometeremos al principio muchos erro– res. ¡Nada nos debe desanimar! Con el ejercicio, mañana el acta, la partitura musical, el problema de matemáticas, encontrar la calle, nos parecerá una rutina. También el corregir un defecto de carácter. 47