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Algo más que mirar NA visualización religiosa que contemplé en la televisión americana, en Miami, hacía un breve recorrido por el Coliseo de Roma. Lle– vaba al espectador dentro del gran anillo para ter– minar con una estampa de un cristiano ante los leo– nes. Al pie se leía: -«Si eres cristiano no te quedes en espectador deportivo, hay que hacer algo más». Durante toda la cuña religiosa, que duró dos minutos, no se dijeron más palabras. Estaba bien he– cha la mezcla del sentido histórico del monumento con el sentido espiritual que se le quería dar. No podemos quedarnos en la mera visión o consideración de hechos, monumentos, vidas, sin trascender a lo que de verdad se esconde detrás y les dio valor. Desde siempre para un cristiano la muerte de los mártires desgarrados por las fieras fueron un ca– pítulo admirable de la historia de la Iglesia. Pero ad– mirar, sólo admirar deportivamente, no lleva a nada. «Hay que hacer algo más», como sugería el anun- . Q '2 CIO. ¿ ue. Cada uno tiene su «Coliseo». Cada cristiano debate su existencia allí donde vive. Y no siempre fácilmente. Lo importante es no desfallecer, mantener firme la fe frente a la adversidad. Esto es «Hacer algo». 33