BCCCAP00000000000000000000796

Dios de perfil L buen humor es tan importante como la vida misma, o, si queréis, la vida no es ni hermosa ni alegre sin el buen humor; como la flor no es flor ni tiene cofor sin la luz del soL El caso es que el artista aquel se moría era un im– portante pintor. El sacerdote se acercó a fa cabecera de su cama y le recordó: -Animo, amigo. Tú que has creado y recreado tantas veces la belleza, y la has dejado plasmada en tus cua– dros, cuando vayas al cielo verás a Dios cara a cara. El pintor miró fijamente al sacerdote, sonrió y pregun– tó con ingenio: -¿ Yno le veré nunca de perfil? El sacerdote se puso a tono con el fino humor del artista y respondió: -No le verás nunca de perfil. Miramos, amigo, a las personas de perfil, de lado o de través, porque no te– nemos los ojos del corazón limpios. Sólo cuando nos hallemos en estado de total limpieza interior, libre de animosidades, podremos carearnos de verdad. Esta será la gran novedad del cielo: que a Dios le veremos siempre «cara a cara», porque tendremos puros los ojos. El pintor siguió humorísticamente: -¿ Y no poéiré volver a esta vida para pintar a Dios de frente, cuando le haya visto en el cielo cara a cara? -Ya no podrías pintar-le replicó también con humor el sacerdote-, porque la belleza acaba en El. En el cie– lo comprenderás la diferencia que va de lo vivo a lo pintado. Lo de aquí son sólo borradores, hermosos, pero borradores... · Al pintor se, le cayó la mano, alargó su sonrisa y mur– muró: -Borradores, borradores. Tantos he hecho en mi vida... 9

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz