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56 sus votos. Elegido, muy a pesar de su negativa y de su fuga, abate del monasterio, fué, al cabo de algunos años, ganado por la nostalgia de la soledad, y fué a pedir al Papa Lucio III que le descargara de sus funciones (1181) para poder consagrar todo su tiempo a las obras que me-: ditaba. El Papa accedió a sus ruegos y le dió licencia para ir a donde mejor le pareciera en interés de sus tra– bajos. Comenzó así Joaquín una vida errante, yendo de convento en convento, yendo a parar a Verona, en Lom– bardía, donde le hallamos al lado del Papa Urbano III. Cuando retornó al Mediodía, acudieron a su lado sus numerosos discípulos para oírle explicar los pasajes más obscuros de la Biblia; de grado o por fuerza tuvo que recibirlos, hablarles, darles una regla y, por último, ins– talarlos en pleno corazón de la Sila, la Selva Negra de Italia, en frente a la más alta cumbre, en las gargantas cuyo silencio sólo es interrumpido por los murmullos del Arvo y del Neto, y cuyas corrientes nacen no lejos de allí. El nuevo Atos recibió el nombre de Fiore (flor), transparente símbolo de las esperanzas de su fundador. Allí dió su última mano a los escritos que, después de cincuenta años de olvido, debían convertirse en el punto de partida de todas las herejías y en alimento de todas las almas ansiosas de salvación de la cristiandad. Los hombres de la primera mitad del siglo XIII, de– masiado absorbidos en sus negocios, no advirtieron de inmediato que las fuentes espirituales en que bebían descendían de las cimas nevosas de la Calabria. Ocurre siempre lo mismo con la influencia mística. Tiene siempre algo de vago, tenue y penetrante que es– capa a una apreciación exacta. Si se encuentran dos almas elevadas muchísimo les costará analizar y decir las impresiones que han experimentado una de la otra. Lo mismo ocurre con una época; no son siempre los que hablan con más frecuencia y más alto a quienes más y mejor escucha; ni siquiera a aquéllos a cuyos pies, escolar sumisa, va a sentarse día tras día. A veces, en camino a casa de sus maestros habituales, se encuentra

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