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326 sonalmente las ceremonias de la canonización, y poner al día siguiente la primera piedra de la nueva iglesia de– dicada al Estigmatizado. Edificada por inspiración de Gregorio IX y bajo la dirección del hermano Elías, esa maravillosa basílica es, también, uno de los documentos de esta historia, y qui– zás he cometido un error al no detenerme más en ella. Id a contemplarla, soberbia, rica, brillante; escuchad su campana mayor, el concierto de sus campanas en días de solemnidad; observad sus cimientos, que desde siglos han resistido a todos los terremotos, que se hunden en el suelo con una especie de voluptuosidad imperiosa, con una voluntad de dominio y de propiedad que no se halla probablemente en ningún otro monumento, y os sentiréis, sin duda, ganados por indecible melancolía, a la idea de que menos de cinco años antes la Regla que la Santa Sede había convertido en la carta paterna de los Fran– ciscanos, decía: "que los Hermanos de nada se apropien, ni de casa o convento, ni de ninguna otra cosa, sino que sean como extraños y viajeros sobre la tierra". Después bajad a la Porciúncula, pasad por San Damián, id a los Carceri, y comprenderéis el abismo que separaba el ideal de Francisco del del Pontífice que lo canonizaba.