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291 AQUÍ COMIENZAN LAS LAUDES DE LAS CRIATURAS QUE EL BIENAVENTURADO FRANCISCO COMPUSO EN HONOR Y ALABANZA DE DIOS, CUAND:0 SE ENCONTRABA ENFERMO EN SAN DAMIÁN. -Muy alto, todopoderoso, buen Señor, Vuestras son las alabanzas, la gloria y el honor y toda [bendición. A vos solo, Muy Alto, son debidas, y ningún hombre es digno de nombraros. -Alabado seáis, Señor, con todas vuestras criaturas, especialmente monseñor hermano sol que da el día y por él mostrá.¿s vuestra luz. Es bello y radioso con gran esplendor, de vos, Muy Alto, es símbolo. -Alabado seáis, Señor, por la hermana luna y las [ estrellas, en el cielo las habéis formado claras, preciosas y bellas. Alabado seáis, Señor, por el hermano viento y por el aire y la nube, por el cielo puro y por todo tiempo por el cual dais a vuestras criaturas vida y sostén. -Alabado seáis, Señor, por la hermana agua que es útil, humilde, preciosa y casta. -Alabado seáis, Señor, por el hermano fuego por el cual ilumináis la noche y es bello y alegre, valiente y poderoso. -Alabado seáis, Señor, por la hermana nuestra madre [tierra que nos sostiene y nos sustenta y produce diversos frutos con las flores de mil colores y [las hierbas. -Alabad y bendecid al Señor y dadle gracias y servidle con gran humildad (1). La alegría de Francisco había resurgido, tan vigorosa como antes. Durante una semana olvidó el breviario y pasó sus días repitiendo el Cántico del sol. (1) Se hallará más adelante las dos últimas estrofas,

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