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19 cidad histórica de la concesión de la Inculgencia por Honorio III a san Francisco. Algo parecido padríamos afirmar respecto al hecho his– tórico y sobrenatural de los estigmas en el santo, recibidos de Cristo en el monte Alvernia. Las modificaciones de estilo y de fondo hacen que la "Vie" de Sabatier en posteriores ediciones salga más objetiva, más serena y, por tanto, más estimable. Nuestra versión Si la biografía de san Francisco de Paul Sabatier tuvo sus acérri– mos contradictores en sus primeras ediciones, tampoco faltaron quie– nes supieron valorar sus grandes logros y méritos, sobre todo en las posteriores. Julio Salvadori, amigo de Sabatier y biógrafo asimismo de san Francisco, le escribía en aquellas circunstancias adversas: "Que el buen Dios nos dé ser simples, humildes y puros como san Francisco, y que nos dé a los dos la paz". Salvadori recuerda a su amigo, que el Poverello de Asís empezó la reforma de la Iglesia católica con la refor– ma de sí mismo, permaneciendo siempre en humildad y reverencia a la autoridad del Papa; autoridad dada por Jesucristo, como promesa de infabilidad. También le menciona el gran amor y respeto del santo hacia los obispos y sacerdotes. Paul Sabatier rectificó, a pesar de que todavía hay muchos hechos y juicios en su libro que tropezarán y chocarán contra la sensibilidad de algunos lectores. Lo advertimos aquí para orientación de los menos especializados. Hemos incluido en esta edición unas bellísimas plumas de E. Des– champs y G. Farlet, que reproducen algunos frescos o pinturas de Giotto y dan un aspecto más atractivo al libro. Paul Sabatier escribió en el prefacio de la primera edición: "El amor es la verdadera clave de la historia". Paul Sabatier amó entra– fiablemente a san Francisco; por eso lo hizo amar a los otros. Desea– mos que tú, benévolo lector, seas uno de "esos otros". Francisco Gamissans

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