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179 tado de nuestras reflexiones, ellos veían el de la ins– piración; donde nosotros decimos deseos, instintos, pa– siones, ellos decían tentación; pero esas diferencias de lenguaje no deben hacernos descuidar o juzgar como en– gañosa una parte de su vida espiritual, y llevarnos a las apreciaciones de un racionalismo estrecho e ignorante. San Francisco creyó sinceramente muchas veces que se batía con el diablo; los horribles demonios del infierno etrusco frecuentaban aún los bosques de la Umbría y de la Toscana, pero mientras que para sus contemporáneos y algunos de sus discípulos, las apariciones, los prodi– gios, las posesiones son fenómenos cuotidianos, son para él excepcionales y permanecen totalmente alejados. En la iconografía de San Benito, como en la de la mayor parte de los santos populares, el diablo ocupa un lugar preponderante; en la de San Francisco desaparece tan por completo que en la larga serie de los frescos del Giotto en Asís no se le ve ni una sola vez. Así también todo lo que es teurgia y taumaturgia ocupa en su vida un rango completamente secundario. Jesús, en el Evangelio, da a sus apóstoles el poder de arrojar a los espíritus impuros y de curar toda enferme– dad y toda deformidad o imperfección: Francisco tomó, sin duda, esas palabras que hacían parte de su Regla, al pie de la letra. Creyó hacer y quiso hacer milagros; pero su pensamiento religioso era demasiado puro para de– jarle considerar el milagro de otro modo que como un medio absolutamente excepcional de dulcificar los sufri– mientos de los hombres. Ni una vez se le ve recurrir al milagro para probar su apostolado o imponer sus ideas. Su tacto le advertía que las almas son dignas de ser con– quistadas por mejores medios. Esa ausencia casi com– pleta de lo maravilloso es tanto más notable porque está en contradicción absoluta con las tendencias de su siglo. Abrid la vida de su discípulo San Antonio de Padua. (fallecido en 1231): es un fastidioso catálogo de pro– digios, de curas, de resurrecciones. Se diría el prospecto de un farmacéutico inventor de una droga nueva, más

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