BCCCAP00000000000000000000793

174 ¿Quién sabe si alguno no se levantará para continuar su obra? El. furor de las especulaciones viciosas hace demasiadas víctimas. ¿Muchos de nosotros no vemos que el lujo es un absurdo espejismo?, ¿que si la vida es un combate, no es una matanza en la que bestias feroces se disputan una presa, sino que es la lucha con lo divino, bajo cualquier forma que se presenta, verdad, belleza o amor? ¿Quién sabe si este siglo XIX agonizante no se levantará de su sudario para arrepentirse y legar a su sucesor una palabra de fe viril? Sí, el Mesías vendrá. El que fué anunciado por Joa– quín de Flora y que ha de inaugurar un nuevo ciclo de la historia de la humanidad, aparecerá. La esperanza no confunde. Hay en nuestras Babilonias modernas y en las chozas de nuestras montañas, demasiadas almas que sus– piran misteriosamente el himno de la gran vigilia: Ro– rate creli desuper et nubes pluant Justum (1), para que no estemos en la víspera de un parto divino. . Todo origen es misterioso. Esto es verdad de la ma– teria, pero lo es aún más de esa vida superior a todas las otras que se llama santidad: Francisco hallaba en la oración las fuerzas espirituales que le eran necesarias; también buscaba el silencio y la soledad. Si sabía luchar en medio de los hombres para ganarlos a la fe, amaba también, según la palabra de Celano, elevar el vuelo como un pájaro, para ir a construir un nido sobre la montaña. Para los hombres verdaderamente piadosos, la ora,ción derecho canónico de su parte, pero Ubertino de Casál, al afirmar que la Regla era perfectamente clara y no tenía necesidad de interpretación, tenía de su parte el buen sentido, ¡y que ello le baste! Et est stupor quare quceritur expositio super Zitteram sic apertam quia nulla est diffi– cultas in regulce intelligentia: Arbos vitre crucifixce, Venecia, 1485, li– bro V, cap. 3. Oanctus vir Egiduis tanto ejutatu clamabat super regulce destructionem quam videbat quod ígnorantibus viam spiritus quasi vide– batur ínsamis. Id. lbid. (1) Cielos, expandid viiestro rocío y que las nubes hagan llover el Justo. Ant!fona del tiempo del Adviento.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz