BCCCAP00000000000000000000793

140 se encontraba allí, hizo llamar a todos los hermanos di– seminados por los alrededores, ya en las grutas, ya en las chozas, para celebrar con ellos los recuerdos de aquella jornada. Rufino se negó a concurrir: -Por lo demás -agregó-, estoy decidido a no se– guirle más; quiero permanecer aquí y vivir solitario, por– que de esta manera seré salvado con más seguridad que sometiéndome a ese hombre y a sus extravagancias. Jóvenes y entusiastas la mayor parte, los hermanos no se habituaban siempre sin dificultad a trabajar mo– destamente. De acuerdo con el maestro en lo principal, algunos hubieran querido hacer más ruido, imponerse a la atención del pueblo por una devoción más visible; en una palabra, algunos había que no se contentaban con ser santos sino que también querían parecerlo, selvas del Apenino. Nunca separa la vida contemplativa de la vida activa. Se conserva de ello un precioso recuerdo en el reglamento para los her– manos que pasan algún tiempo en las ermitas.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz