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127 o de sus escándalos, están más cerca de la santidad que los mediocres y los hipócritas. "Un día San Francisco, al pasar por el desi.erto de Botgo San Sepolcro, llegó a una localidad llamada Monte Casale; y he ahí que un hombre noble y delicado vino hacia él: "-Padre -le dijo-, quisiera ser uno de los vuestros. "-Hijo mío -dijo San Francisco-, eres joven, deli– cado y noble, no podrías seguir a la pobreza y vivir mise– rablemente como nosotros. "-Pero, padre mío, ¿no son ustedes hombres como yo? Lo que ustedes hacen yo podré hacerlo, con la gracia de Jesús. · "Esta respuesta satisfizo mucho a San Francisco, quien, dándole .su bendición, le recibió dé inmediato en la Orden con el nombre de hermano Angel. "Se portó tan bien, que poco tiempo después se le de– signó guardián de Monte Casale; Por ese tiempo había tres famosos bandidos, que hacían mucho daño por el país. Un día acudieron a 1a ermita y rogaron al hermano Angel que les diera de comer. El hermano guardián les respondió dirigiéndoles severos reproches: " - ¡ Cómo, bandidos, perversos asesinos, no sólo no tenéis vergüenza de robar los bienes ajenos, sino que queréis devorar las limosnas de los servidores de Dios, vosotros, indignos de conservar la vida, que no tenéis res– peto alguno por los hombres ni por Dios creador vuestro! ¡Alejáos y que jamás os vuelva a ver por aquí! "Partieron llenos de cólera. Pero he aquí que el Santo volvió con una alforja de pan y un cántaro de vino que le habían dado, y el hermano Angel le contó cómo había expulsado a los bandidos; entonces San Francisco le re– prochó severamente que se hubiera mostrado tan cruel ... "-Te ordeno por santa obediencia -le dijo- de to– mar en seguida este pan y este vino e ir en busca de los bandidos por montes y por calles hasta que los encuen– tres, y se los ofrezcas de mi parte, que te arrodilles ante ellos y les pidas humildemente perdón, y después les

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