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24 ¿Qué se sabe de... Pablo en el naciente cristianismo Dios sea bendito por los siglos» (Rom 9,4-5). Estos autores se pro- ponen leer los textos de Pablo sobre la ley buscando una coherencia con esas afirmaciones. La idea clave de esta perspectiva es que Pablo siguió pensando toda la vida que la Torá conducía a la justificación a todos aquellos que se mantenían bajo la alianza, a todos los circuncidados. Como los paga- nos no estaban dentro de la alianza, Pablo se dirigió a estos para ofre- cerles una vía de salvación alternativa. Sin embargo, no podía pedirles el cumplimiento de la ley (a no ser que se circuncidaran) porque Dios la había dado solo para su pueblo elegido (Rom3,19) y para los demás se convertía en instrumento de condenación (Rom9,22-23); esto es lo que, según esta perspectiva, Pablo llama «las obras de la ley» que llevan a la muerte (Rom 3,20). Por tanto Pablo creó una al- ternativa para los paganos (la justificación por la fe), y solo para ellos, puesto que los judíos ya tenían el modo de salvarse (mantenerse en el cumplimiento de la ley). Así, Pablo entiende que Cristo ofreció, se- gún esta lectura, una solución al dilema de los paganos: los judíos te- nían la ley y los paganos la fe en Cristo. Esta «nueva perspectiva radical» entiende que Pablo permaneció dentro del judaísmo de su tiempo y que dirigió su misión solo a los paganos. Por tanto, sus textos hay que entenderlos como dirigidos a estos, y no a judíos; nada de los textos de Pablo debería afectar, pues, al modo de comprender el judaísmo de su tiempo que, según esta perspectiva, no ofrece ningún problema para él. Así, Pablo aceptó sin problemas a los judíos creyentes en Cristo observantes de la ley; su problema era aclarar el lugar de los creyentes en Cristo no judíos dentro de Israel. Este punto es el que presenta más dificultades en una lectura crítica de esta perspectiva, puesto que Pablo parece subrayar la adopción

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