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mientos sexuales inadecuados son identificados con idolatría y son totalmente incompatibles con la pertenencia a la evkklhsi,a. ¿Cómo establece Pablo esta relación? Si el cuerpo físico es imagen de la evkklhsi,a, todo lo que afecte al cuerpo físico afecta a la comunidad. Especialmente importantes son en este sentido las fronteras, los orificios del cuerpo, porque simbolizan las “puertas” de la comunidad; a través de ellos puede penetrar simbólicamente en el cuerpo comunitario la impureza o la contaminación, que son formas de idolatría. Por tanto, es lógico, de acuerdo al modelo, que las amenazas de idolatría sean atajadas simbólicamente en aquellas situaciones de riesgo en las que están implicadas las fronteras del cuerpo físico. Estas puertas son, básicamente, dos: las comidas y las relaciones sexuales (pero también la presencia pública del cuerpo, lo que se habla, la disciplina del cuerpo, la resurrección del cuerpo, etc.) 19 . Ambas son abordadas por Pablo utilizando esta analogía: lo que entra indebidamente en el cuerpo físico contamina a todo el cuerpo social ( evkklhsi,a ) porque se hace una sola cosa con ello. La conexión que le lleva a Pablo a tal conclusión es teológica, como podemos ver en dos textos en los que aborda explícitamente el “tráfico” de tales “puertas”. En 1Cor 10,16-17.21, en lo referente a las comidas dice: “... El pan que compartimos, ¿no es acaso comunión con el cuerpo de Cristo? Porque uno solo es el pan y, aun siendo muchos, un solo cuerpo somos, pues todos participamos del mismo pan... No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios”. En este caso, el motivo para excluir estas comidas es que no reflejan la identidad del cuerpo social ( evkklhsi,a ) que a su vez es reflejo del cuerpo teológico (exclusividad de la pertenencia a Cristo). En 1Cor 6,15-18 en lo referente a la pornenia dice: “¿No sabéis que quien se une a la prostituta se hace un solo cuerpo con ella? ... Mas el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él. ¡Huid de la fornicación! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; mas el que fornica, peca contra su propio cuerpo. ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está 19 Cf. J.H. Neyrey, “Body Language in 1 Corinthians”, a.c., 138-149. Carlos Gil Arbiol 424 medellín 143 / Julio - Septiembre (2010)

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