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Los primeros seguidores de Jesús ante el reto de la interculturalidad Cuestiones Teológicas, Vol. 45, No. 103 (Enero-junio, 2018) | 61 a suspender su visión del mundo porque, aparentemente, ya no era capaz de explicar la realidad y forzó la búsqueda de otros modos de entenderla, otros modelos que permitieran releer la realidad. 2. LOS TESTIMONIOS El punto de partida para esta lectura, que se inicia con la muerte de Jesús en la cruz, son los testimonios neotestamentarios. Su muerte fue el inicio de un proceso creativo, asociado a experiencias extraordinarias, en las que era recordada, revivida, experimentada, revisada, reevaluada… Estas referencias aparecen en diferentes contextos sociales y literarios. Unas aparecen en contexto ritual (bautismo y comida), otras en el relato de la pasión (presinóptico) y otras en lugares diversos de los textos cristianos. Las dos más significativas que nos encontramos enmarcadas de algún modo en un ritual son Rom 6 y 1Cor 11. La primera es una referencia al sentido del bautismo, pero no describe su celebración, sino que acude a una metáfora ritual para explicar el sentido de la muerte de Jesús. La conexión con la inmersión y la experiencia de sumergirse en el agua parece un modo de experimentar la cercanía de la muerte de Jesús: ¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo resucitó de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva. Porque si nos hemos identificado con él por una muerte semejante a la suya, también lo estaremos por una resurrección semejante; sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado con él, a fin de que fuera destruido el cuerpo de pecado y cesáramos de ser esclavos del pecado (Rom 6,3-6). El segundo texto se refiere a una de las celebraciones comunitarias de los seguidores de Jesús en las que, como en el bautismo, se recordaba su muerte. Eran comidas que actualizaban esa entrega que, a su vez, servían para orientar su sentido y su práctica: Porque yo recibí del Señor lo que os transmití: que el Señor Jesús, la noche en que era entregado, tomó pan, dando gracias, lo partió y dijo: “Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en memoria

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