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Carlos Gil Arbiol 70 | Cuestiones Teológicas, Vol. 45, No. 103 (Enero-junio, 2018) la de Isaac, que no murió — fue total; esa confianza es la que hace hijos y herederos a aquellos que aceptan que Dios actúa así, confiando totalmente. Estos gentiles entran a formar parte de la familia de Abraham y por tanto del pueblo de Dios — que ahora no tiene separaciones étnicas — . Igualmente, en Rom 11,16-27, Pablo utiliza la metáfora de las ramas de olivo injertadas para mostrar que gracias al olivo silvestre (los gentiles) el olivo centenario se ha podido renovar, si bien, las raíces y el tronco siguen siendo los mismos y algunas ramas originales se han caído (cf. Donaldson, 1997, §12.3). Así, todos, ramas originales e injertadas participan de la misma savia y frutos, pero una savia renovada por las ramas injertadas. Los gentiles ya son parte de este Israel rejuvenecido. Ambas imágenes son ejemplo de la legitimación teológica que se elaboró para permitir la mesa compartida entre judíos y gentiles, que les dio a los círculos de seguidores de Jesús una nueva identidad, cada vez más diferenciada de otros grupos étnicos (como el judío). Esto abrió la pluralidad social y étnica, multiplicando grupos en los que: mujeres y varones, esclavos y libres, judíos y de otras naciones, ciudadanos y extranjeros, etc.; formaban parte de una nueva realidad tan plural como pocas en el imperio romano del siglo I. Esto ofreció un contexto propicio para la interculturalidad. 5. APERTURA A LA INTERCULTURALIDAD Esta mirada histórica a los inicios, subrayando el impacto de algunas interpretaciones de la muerte de Jesús para comprender la novedad del naciente cristianismo, arroja algunas conclusiones. Una de ellas es el fracaso de las visiones etnocéntricas, sectarias, centrípetas, que dominaron en algunos momentos y lugares, especialmente en la provincia romana de Judea (modelo de Santiago y judeocristianos de Jerusalén). Otra es que reveló el éxito de las visiones mestizas, ambiguas, híbridas, como las que asumieron otras tradiciones más vinculadas con los helenistas, con Pablo y la tradición paulina, con la obra lucana, etc. Este modelo mestizo, más intercultural, asumió valores y modelos culturales del entorno (asociaciones, familia, sinagoga), el lenguaje (evangelio, señor, salvación, parusía, etc.), a la vez que influyó en su transformación. Fue una opción no por la ruptura con el contexto,

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